Classic Motors estaba en busca de nuevas tarjetas de visita y tenía muy claro qué quería destacar: el icónico Ferrari 250 GTO debía ser el protagonista del diseño. Además, era fundamental conservar el característico fondo de rayas blancas y negras que había definido la identidad visual de la marca durante años. Buscaban, en definitiva, un diseño que capturara la esencia de su pasión por los automóviles clásicos, con un toque moderno y distintivo.

Además, dado el éxito del resultado, se propuso un lienzo personalizado para decorar su sala de exposición, complementando su imagen con estilo y elegancia.