“Construcción del sillón LC2 de Le Corbusier” fue la obra con la que comenzó una nueva etapa en la carrera de la artista.
El sillón está representado como si se tratase de un dibujo característico de un proceso de diseño, simplificándose y quedando solo las líneas de construcción del objeto. En este caso se conserva el concepto de dos únicos colores planos siendo estos el rojo y el blanco.
La composición es una simetría central que da sensación de rotundidad, estabilidad y a la vez dinamismo ya que invita al espectador constantemente a comprobar si las líneas de un lado corresponden a las del otro.