La pasión de Itzíar por la geometría, las composiciones equilibradas y estudiadas, y la arquitectura y su relación con el arte, llevan a la autora a trabajar este proyecto con los temas que le interesan: la arquitectura y las líneas rectas, además de seguir trabajando la estética y el estilo personal que actualmente le caracteriza.
El arte, la arquitectura, la funcionalidad, la lógica y el orden, están de una u otra manera presentes en el estilo artístico de I. González. Por ello, y tomando como referente principal a Le Corbusier por los puntos de interés en común con su obra, surge la propuesta de realización de una pieza artística relacionada con la ciudad. Y qué mejor punto de partida que la ciudad ideal para su referente.
Ville Radieuse es una planificación urbanística diseñada por el arquitecto para la ciudad de París, y que después se adaptó con el fin de reconstruir las ciudades europeas que habían sido destruidas en la Primera Guerra Mundial. Esta ciudad utópica que podía acoger a tres millones de habitantes, daría solución a la escasez de viviendas de la postguerra, pero nunca se llegó a construir.
Para la realización de “Construcción Ville Radieuse – Le Corbusier”, se llevó a cabo la reconstrucción en 3D de la estructura de uno de los rascacielos de la zona comercial que Le Corbusier diseñó para Ville Radieuse. Posteriormente, se realizó un proceso de inmersión en el espacio, recorriendo esta arquitectura a través de la cámara que ofrece el propio software, tomando capturas desde distintos puntos de vista y con diversas distancias focales que permitían general perspectivas diferentes, creando así composiciones de líneas interesantes.
El color gris, característico del brutalismo de Le Corbusier y sus arquitecturas de hormigón visto, es el protagonista de la pintura en clave alta. El blanco, siempre presente en las pinturas de la autora, y los tres tonos de grises, se distribuyen diferenciando la profundidad de los planos que cada uno representa.
En una perspectiva normal, los objetos representados en primer plano, ocultarían a los que se encuentran detrás. Pero en esta composición, la superposición de líneas está invertida, lo que confunde al espectador y le hace dudar de la situación de los planos representados y de si se encuentra en un interior o en un exterior. Así mismo, las líneas perfectamente paralelas quedan cortadas, como si intentasen ir más allá de las medidas del soporte, sin permitirnos ver la totalidad del edificio, indicando la verticalidad del rascacielos de Ville Radieuse, de 200 metros de altura.